Los escépticos del cambio climático escogen la ciencia como su razón para negar su existencia. Cuando se les cuestiona, por lo general se refieren a los registros históricos como un indicador de que el planeta atraviesa esos períodos y luego se recupera. Si bien ese ha sido el caso varias veces, lo que no entienden es que esos registros se conocen debido a las disciplinas que recopilan colectivamente la información sobre la que disputan.
Ciencia sobre observaciones, experimentos y desmontaje de cosas para comprenderlas. Si uno no tiene una receta para algo y busca descubrir cómo y de qué se hace, la forma en que generalmente implicará experimentar con productos similares.
El problema que la gente tiene para comprender la ciencia es que no comprenden su funcionamiento o liberación. En su mayoría, pueden tener una educación deficiente o simplemente no pueden comprender los fundamentos de la misma.
Durante los últimos dos o tres milenios, se han realizado grandes descubrimientos que han conducido a una mayor comprensión de nuestro planeta y de cómo funciona la naturaleza. A su vez, lo mismo ha llevado a cosas como el desarrollo de la electricidad, el teléfono, la energía de vapor y, en última instancia, Internet, los teléfonos móviles y cosas que ahora se dan por sentadas.
Todos y cada uno de ellos surgieron gracias a la ciencia. La exploración y los satélites interespaciales, los aviones, los barcos modernos, las prácticas agrícolas, los productos de calidad, etc., son el resultado del conocimiento y la comprensión científicos.
Ahora tenemos el cambio climático. Aquellos que pueden comprender los conceptos básicos de la ciencia aprecian que el carbono es responsable. Está en la atmósfera debido a los combustibles fósiles que se utilizan para mantener estilos de vida y trabajos modernos. En otras palabras, es la locura hecha por el hombre la que nos está matando. También es un cumplimiento de la profecía de que «el hombre inventará e inventará para su propia perdición».
Si bien disfrutamos de estos avances y ahora podemos tener todo lo que necesitamos, incluida la inteligencia artificial (Ai) para ayudarnos a pensar, cuanto más dejamos de pensar por nosotros mismos, más mortífera se vuelve la tierra. Ahora es tóxico para la vida y cada día que pasa se vuelve más tóxico.
¿Existe una respuesta al dilema del hombre? ¿Pueden los científicos salvar el planeta? La respuesta corta es no. Si a varias personas en una habitación se les da un paquete de palos de violín entre ellos y se les dice que los coloquen en una pila sin mover a otras en esa pila, qué éxito podrían tener. Eso es lo que está sucediendo hoy. La mayoría quiere un planeta limpio, pero contaminan y aumentan su toxicidad al mover constantemente otros palos en la pila. Ahí radica el conflicto.