Hacer que la ecología urbana cuente

Un día de 2008, alguien, en algún lugar, hizo las maletas para trasladarse del campo a la ciudad, y nos convertimos en un mundo mayoritariamente urbano. Con el 54% de la población mundial viviendo en zonas urbanas, las ciudades se han convertido en el lugar de la mayoría de las interacciones diarias de la gente con las plantas, los animales y los ecosistemas, y como tal la ciencia de la ecología urbana, y su aplicación, está asumiendo cada vez más relevancia en la vida de las personas.

En el reciente volumen de Ecological Reviews sobre el tema, Kevin Gaston afirma que la ecología urbana ha «alcanzado la mayoría de edad» a principios del siglo XXI, ya que los ecologistas y otras personas han abandonado la idea de que las ciudades son páramos ecológicos para comprender mejor la riqueza de los ecosistemas urbanos, sus propiedades únicas y los beneficios que aportan a las personas. La ecología urbana desempeña un papel fundamental a la hora de abordar el «problema perverso» de la gestión del medio ambiente urbano, que exige un enfoque interdisciplinario para comprender los sistemas socioecológicos combinados.

«Hacer de Londres un lugar inteligente para la naturaleza»

Hay pocos lugares en los que el reto y el potencial de ofrecer espacios urbanos que funcionen tanto para las personas como para la vida silvestre sean más evidentes que en Londres. La mayor ciudad de Europa Occidental, con una población creciente de más de 8,3 millones de habitantes, tiene también un 47% de espacios verdes y alberga más de 13.000 especies registradas y 1574 lugares de interés para la conservación de la naturaleza. ¿Podría ser Londres un líder mundial en la conservación de la naturaleza urbana?

Ese fue el tema de debate en el reciente simposio Making London Nature Smart, organizado por la Sociedad Zoológica de Londres, y en muchos sentidos, los debates del día demostraron que la ciudad ya está liderando el camino. Organizaciones pioneras como el London Wildlife Trust llevan mucho tiempo encabezando los esfuerzos por proteger los espacios verdes de la ciudad y hacer partícipes a sus diversas comunidades, y las nuevas tecnologías para controlar la biodiversidad y hacer partícipes a los ciudadanos en el proceso se adaptan perfectamente a una ciudad global con una población educada, acceso a la tecnología y amplias oportunidades de colaboración. Las presentaciones de todo el día mostraron impresionantes ejemplos de ecología urbana en acción, desde asociaciones corporativas innovadoras que aportan desarrollos positivos en materia de biodiversidad, hasta nuevas metodologías para controlar eficazmente las especies invasoras.

Aunque el abanico de iniciativas que se están llevando a cabo en todo Londres -dirigidas por investigadores, ONG, voluntarios, empresas y administraciones públicas- es impresionante, un mensaje clave del simposio fue que la unión de estos proyectos en un conjunto estratégico y coherente representa un reto permanente. En el simposio se presentó una visión convincente de cómo podría lograrse en forma de la Ciudad Parque Nacional del Gran Londres. Presentada por Daniel Raven-Ellison, la visión de la campaña «Ciudad de los Parques Nacionales» consiste en aplicar a Londres los principios de los parques nacionales del Reino Unido: conservar y mejorar la belleza natural, la vida silvestre y el patrimonio cultural, al tiempo que se promueve el disfrute de las cualidades especiales del parque por parte del público. La propuesta, que no sugiere competencias urbanísticas adicionales, sino que proporcionaría un punto de encuentro y un principio organizador de la actividad en toda la ciudad, ya ha recibido el apoyo de los candidatos a la alcaldía Zac Goldsmith y Sadiq Khan de cara a las elecciones del año que viene.

Pensando en lo local

Cuando hablamos de las interacciones entre ciencia y política, tendemos a pensar primero en la escala nacional o internacional: Westminster, Whitehall, Holyrood, Bruselas. Sin embargo, cuando se trata de ecología urbana, la mayoría de las decisiones que determinan cuestiones vitales como la ordenación del territorio, la protección de lugares y la infraestructura verde, se toman a escala de la ciudad o, en el caso de Londres, del municipio. Sin embargo, un informe reciente encargado por la RSPB y Wildlife Trusts ha revelado que muchas autoridades locales de Inglaterra carecen de un enfoque coherente de la biodiversidad en sus estrategias de planificación local. Tal y como ha informado la Asociación de Ecologistas de Gobiernos Locales, aproximadamente dos tercios de las autoridades locales no cuentan con conocimientos ecológicos internos y, en un contexto de continuos recortes presupuestarios, esta capacidad seguirá reduciéndose.

En el simposio Making London Nature Smart se observó que asistieron pocos funcionarios de la administración local; parece que hay una clara necesidad de establecer mejores conexiones entre los científicos ecológicos y los responsables políticos a esta escala. A medida que la ecología urbana vaya madurando, estos vínculos serán vitales para que esta creciente base de conocimientos suponga una diferencia real para todos los habitantes de la ciudad, sean humanos o no.

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